Hola mi lector inquieto,
En este martes de reseña literaria te traigo un libro de una trilogía de la que ya he hablado anteriormente en el blog: La Trilogía de Southern Reach.
El primer libro, como dejé en la reseña no me gustó mucho pero era tan raro que decidí darle una oportunidad al segundo para ver si la cosa se enderezaba un poco pero primero, vamos a por los datos.
Ficha técnica:
Fecha de publicación:09/09/2014
448 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-233-4848-0
Código: 10087957
Formato: 13,3 x 23 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfín
Traductor: Maia Figueroa Evans
Sinopsis:
Segunda entrega de la trilogía Southern Reach.
Te dejo el primer capítulo en pdf
EN ESTE LIBRO NO SE ACLARA NADA HASTA LAS ÚLTIMAS 20 PÁGINAS
- Hay 200 conejos implicados
- Un personaje secundario está agazapado con cara de loco en una extraña habitación (no voy a dar datos) y toca el hombro de Control mientras éste recula para salir de allí
- Quizá esto no es un spoiler en sí pero los diálogos que tienen entre Grace (la subdirectora) y control son de traca. Ella se niega directamente a contestar o siempre le contesta con una pregunta en el mejor de los casos. En el peor, directamente le ignora y se marcha. También me encanta cuando le trata de tonto y ella hace lo que le da gana.
- La escena de los conejos es cuando el departamento de investigación le cuentan a Control que se les ocurrió la genial idea de coger 200 conejos (¡200! ¿No había un número un poco más manejable?) y llevarlos a la frontera donde está el Area X. Cuando los iban acercando (achuchándolos XD) se pusieron frenéticos por el miedo y consiguieron que algunos cruzaran mientras gritaban y otros se escapasen atacando a los “achuchadores” (cual “la bestia”de los Caballeros de la Mesa Cuadrada de Monty Python). Pero lo mejor de todo es que después de años hay gente que caza a esos conejos o a sus parientes (que han podido venir del otro lado de la frontera) y se los comen. Se supone que la gente piensa que el Área X es una zona de contaminación… ¡rico conejo radiactivo!
- Control tiene un problema con su madre que también es agente. Obviamente, con la edad que tiene, no puede más que pensar en lo que ella dirá e intentar no llevarle la contraria. No es un complejo de Edipo pero lo roza.
- Te voy a poner un fragmento del libro a ver si tú entiendes lo que el autor te quiere decir. Lo único que tienes que saber es que “La Voz” habla de vez en cuando con Control para que le ponga al día de sus investigaciones y que es un poco rara. A ver si tú, con esta información, entiendes bien esta escena porque yo no me enteré hasta que até cabos más adelante.
- El sábado a primera hora de la mañana, Control había llamado a la Voz desde casa. A un lado del escritorio había colocado una bocina electrónica con un temporizador. Se había puesto delante una hoja de color naranja en cuya mitad derecha se leían unos recordatorios. También había preparado un bolígrafo. Bebió un buen trago de whisky y aporreó la mesa con los puños una, dos, tres veces. Respiró hondo. Entonces marcó y puso el teléfono en modo manos libres.
Ruido de roce de tela, crujidos, antes del debut de la Voz. Sin duda estaría en el estudio de la planta baja de su mansión. O en el sótano de una pensión para vagabundos. O en el granero de una granja, escondido entre las gallinas.
—¿Tienes los asuntos en orden? —le preguntó la Voz.
Hablaba lentamente, como si el megalodonte acabase de despertar en sus aguas gélidas. Control interpretó el tono de la Voz como un insulto y sintió aún más frialdad; la inquietud empezó a drenarse y en su lugar lo invadió un asco con tintes de tozudez.
Respiró hondo. Entonces, adelantándose a lo que la Voz pudiera decir, empezó a gritar una ristra de obscenidades a cual más vil, crispando la garganta, haciéndose daño. Después de una pausa sorpresiva, la Voz chilló:
—¡Ya basta! —Y musitó una frase larga, temblorosa y enrevesada.
Control perdió el hilo. Sonó la bocina. Control sacudió la cabeza, leyó lo que había escrito en la hoja naranja, marcó la primera línea y se arrancó con un nuevo arrebato de obscenidades e improperios.
—¡Ya basta!
De nuevo, con tozudez y persistencia, la Voz murmuró algo que esa vez le pareció breve, húmedo y entrecortado. Control flotó y flotó y se olvidó de todo. Sonó la bocina. Vio las palabras escritas en el papel naranja. Marcó la segunda línea. Improperios. Murmullos. Flotar. La bocina irrumpiendo como un terremoto. Control vio las palabras escritas en el papel naranja. Marcar. Repetir. Aclarar. Repetir. Quinta vez. Sexta vez. A la séptima, el guion cambió y le devolvió a la Voz todas las palabras glotales, suaves, húmedas y susurradas que había aprendido con la chuleta de la directora. Oyó que la Voz contenía la respiración, un chillido apagado: había dado en el blanco. A continuación, la Voz le catapultó torpemente una serie de palabras; débiles, inconexas, ininteligibles.
Tocado. Dudaba de que su conjuro hubiese tenido todo el efecto que deseaba, pero la cuestión era que ahora la Voz ya lo sabía y había pasado también por algo muy desagradable.
Sonó la bocina. Control vio las palabras escritas en el papel naranja. Había acabado. La Voz estaba acabada. Iban a necesitar otra persona para tratar con él, alguien que no fuese tan manipulador.
—Te voy a contar un chiste —dijo Control—: ¿qué diferencia hay entre un mago y un espía?
Y colgó.
- El sábado a primera hora de la mañana, Control había llamado a la Voz desde casa. A un lado del escritorio había colocado una bocina electrónica con un temporizador. Se había puesto delante una hoja de color naranja en cuya mitad derecha se leían unos recordatorios. También había preparado un bolígrafo. Bebió un buen trago de whisky y aporreó la mesa con los puños una, dos, tres veces. Respiró hondo. Entonces marcó y puso el teléfono en modo manos libres.
- Bueno, para aclarar la escena, lo que el personaje hacía era intentar esquivar una conversación guiada por la hipnosis que habían practicado sobre él. ¿Cómo lo averiguó? Porque era muy listo.
- La otra escena es casi al final del libro cuando un personaje que en un primer momento parece majete y más o menos normal (dentro que nadie es muy normal por allí) resulta que hay un momento que el autor lo cambia (no es progresivo) y está en un estado mental psicótico. La escena en la que Control encuentra una habitación escondida en los paneles del techo donde Whitby (se llama este hombre) ha hecho un dibujo extraño y le mira desde el rincón de una estantería es cuanto menos inquietante.
Bueno, no voy a hablar de más escenas porque ya es bastante larga la entrada en el blog pero bueno, en definitiva, es un libro que me ha parecido completamente prescindible si alguien quiere avanzar en el planteamiento inicial. Quiero pensar que en el siguiente libro se aclararán muchas incógnitas pero que también quedarán otras sin tratar. El autor no me convence para nada ya que me cuesta mucho seguirle (hay diálogos en los que el autor introduce alguna explicación y con todo, no se entiende la intención de ninguno de los personajes)
Así que aquí acaba mi andadura con esta trilogía. No le voy a dar más oportunidades… ¡No perderé más tiempo, Jeff VanderMeer! (leer con voz de Scarlet O´Hara)
¿Y tú lo has leído? ¿Qué te ha parecido?
¡Nos vemos en la próxima reseña!

Taza de Libros
marzo 31, 2015Te entiendo, las reseñas se vuelven más divertidas tanto escribiéndolas como leyéndolas cuando no te han gustado los libros, una de las cosas que descubres cuando te metes en este mundillo xD, debería ser al revés, pero no! La verdad es que los libros así me matan, como me pasa ahora con el libro que estoy leyendo, 500 páginas para QUÉ? PARA QUÉ? y lo mejor sabes donde está? el la ÚLTIMA, y esa última página hace que me lea el siguiente libro xD jajaja
PD: ¡los frikis dominarán el mundo!
Sharem
marzo 31, 2015Jajaja madre mía, por lo menos este libro son la mitad de páginas. 500 sin sentido??!! OMG!! pero me dices que la última página te ha enganchado… ¡nooooooooooOOOoooo! XDDD
Bss
Francis
abril 2, 2015El primero me gustó pero todo el mundo concuerda en que el segundo es totalmente prescindible¡¡ gracias por tu reseña¡¡
un besote¡¡¡
Sharem
abril 3, 2015Sí, la verdad es que piensas que el autor a engañado a todos para llevarnos a su terreno y contarnos lo que le da la gana o directamente que ha sacado un libro extra para ganarse dinero porque vaya
Gracias por pasarte!